Gavillero

Rufino Rodríguez Garza.

Junto con Narigua, el Gavillero es uno de los sitios arqueológicos más visitados de General Cepeda por turistas, curiosos y aficionados a la arqueología prehistórica.

Es un sitio con vocación chamánica y astronómica. Prueba de ello es la gran cantidad de figuras humanas o antropomórficas. Aquí podemos observar cuentas calendáricas y figuras que tienen relación con la astronomía pues los soles están debidamente representados. También destaca por las representaciones de la fauna, alguna ya extinta, como los pavos o guajolotes, estas aves silvestres que aún podemos ver en el norte del estado, en el municipio de Zaragoza, y que en algunos ranchos cinegéticos sirve como un fuerte atractivo para los cazadores.

Otros motivos faunísticos dignos de mencionar son las huellas grabadas de grandes mamíferos como el oso y los búfalos o bisontes americanos. En el caso de los osos, podemos presumir que es único sitio donde podemos ver tanto las huellas delanteras como las traseras.

Cuando Francisco Cano, allá por el año de 1568, en su travesía hacia el norte en busca de minas de oro y plata, al llegar a terrenos de lo que ahora es General Cepeda, menciona que los nativos eran “mansos” y que tenían casa de “esteras” y que sembraban maíz. Cano manda un informe a la intendencia de Guadalajara y menciona que entre la fauna observada estaba el oso, el venado y el bisonte. En la época en que le tocó viajar coincidió con temporada de lluvias por lo que las lagunas de Viesca y Mayrán tenían agua y menciona a las autoridades de Guadalajara, que por estas aguas “se puede llegar a la Florida”.

Claro que no conocían lo limitado de las mencionadas lagunas ni que la profundidad promedio no llegaba en el mejor de los casos al medio metro. Esta correspondencia de Francisco Cano es nueve años anterior a la fundación de Saltillo (1577).
Aun en estas fechas hay una propiedad y un ejido con el nombre de la Florida.

También podemos admirar grabados con la presencia humana, quizá representando algunas actividades como la cacería o la lucha entre grupos rivales, pero lo que más llama la atención es la presencia de aspecto feroz en que uno ve la figura del médico como un lagarto. Estas cuatro figuras están casi en la misma roca, la separación entre ellas es de centímetros pero las une una cosa curiosa: las cuatro se hacen acompañar con huellas de venado, quizás cola blanca, pues no hay reporte de la presencia del venado bura en los alrededores.

Caminar esta elevación de rocas areniscas es encontrarse con el pasado indígena. Nos cuenta el historiador Jorge Esquivel Pérez que a la llegada de los europeos la tribu principal de este rumbo eran los Pachos ; y el buen amigo Alberto Moreno nos platica que lo que conocemos como Narigua se refería al nombre de un líder de los indios llamado Nariguac.

En las épocas en que don Oscar Flores Tapia fuera gobernador del Estado, mandó hacer andadores, escalinatas y playas de estacionamiento, no sólo para Gavillero sino también para Narigua. A este último sitio se le ha puesto mano y entre los miembros de la comunidad ejidal y el INAH se plantaron señalamientos, cédulas explicativas, asadores, baños y la gente de la comunidad hace funciones de guía a los esporádicos visitantes cobrándoles una modesta cuota. Quizás esto ayude a la mejor conservación del sitio que con el correr de los años fue saqueado y vandalizado.

En el Gavillero también podemos admirar pinturas, es uno de los 10 sitios localizados en General Cepeda con esta manifestación; como existe un arroyo de por medio entre la loma del Gavillero y el promontorio con pinturas, éstas se han salvado de la destrucción humana. En las pinturas, donde la mayor parte de los motivos son en color rojo podemos ver un estilo lineal geométrico en donde las líneas rectas y en zigzag predominan. Algunos de los motivos son en color blanco. De paso diremos que en una sierra al poniente de General Cepeda se localiza un lugar de representación de 60 manos en positivo, en un área de no más de dos metros cuadrados. Otros sitios con pinturas los hemos localizado en el arroyo de Patos en los límites del municipio.

Dentro de las grafías de nuestros antepasados localizamos un tablero que para los investigadores como Otto Schöndube y Joseph B. Mountjoy se trataría de unos juegos que en Occidente de México les llaman patolis.


Para comprobar que fue un sitio con marcado acento astronómico aquí se pueden ver dos representaciones de Venus, pero también el sol y puntos que podemos relacionar con las estrellas. En más de una roca podemos observar que los dibujos tienen relación con la salida y puesta del sol. Otro motivo observado es el de orientación, se trata de una cruz encerrada en un círculo que con brújula en mano nos indica los cuatro puntos cardinales.

Pero, he aquí el pelo en la sopa: en el siglo XIX se ha vandalizado el sitio, por lo que podemos ver fechas de finales de los mil ochocientos y posteriores del siglo XX y del XXI. Algunos motivos grabados o pintados encima de los mensajes prehistóricos se relacionan con fechas, nombres, recuerdos, pornografía y mucha basura. No hay que olvidar que hace cuatro años sirvió para que un candidato del PRI originario de San Juan del Cohetero se anunciara y pidiera el voto a los cepedences. Para fortuna de la arqueología este candidato no fue elegido.

También en el Gavillero podemos ver unos viejos canales de piedra para aprovechar las corrientes de las escasas lluvias; y para desgracia de la arqueología muchas de las rocas con vestigios prehispánicos fueron sacadas de contexto y utilizadas para esa vieja obra hidráulica.

Por último, se observa que junto a los petroglifos un pastor de cabras construyó una majada y también fastidió el lugar. Este sitio ha sido visitado por el Dr. Herb Eling, el antropólogo Lorenzo Encinas, el Lic. Ariel Colín, y con suerte personal del INAH, porque no se tiene la referencia escrita del mismo.